Moisés se mantuvo firme cuando entregó el mensaje de Dios a Faraón: “¡Deja ir a mi pueblo!” Durante cuarenta largos años se mantuvo erguido mientras guiaba a toda una nación heterogénea para que siguiera hacia donde Dios le guiaba.

David se mantuvo firme frente a un gigante. Confió en que Dios lo ayudaría a defender el Nombre de Dios y a su pueblo.

Sadrac, Mesac y Abednego se mantuvieron firmes cuando el mundo entero se inclinó. Confiaron en Dios y guardaron sus mandamientos, listos para obedecer ya sea que Dios los salvara o no de la muerte.

Juan el Bautista se mantuvo firme cuando proclamó la venida del Mesías y cuando le dijo al pueblo lo importante que era que se arrepintieran de sus pecados. Sólo cuando conoció a Jesús se postró.

Lázaro llevaba días en el sueño de la muerte. Sin embargo, cuando Jesús llamó, se puso de pie y salió de su tumba.

Pablo se mantuvo erguido frente a los gobernantes y autoridades de la iglesia que intentaron impedirle predicar sobre el amor y el sacrificio de Jesús. Dios bendijo a Pablo y lo usó para difundir el evangelio a los nuevos creyentes.

Dios quiere que puedas mantenerte firme en sus promesas y cuidados. Cuando estás en los brazos de Dios, aún la muerte pierde su aguijón y su victoria.

¡Confía en Dios hoy!