por Darla Noble
Porque Jehová toma contentamiento con su pueblo: Hermoseará á los humildes con salud. Gozarse han los píos con gloria: Cantarán sobre sus camas.
Mi hijo Zach pasó su secundaria y preparatoria corriendo en pista y a campo traviesa. Era un excelente corredor, rompiendo varios récords escolares.
Zach solía ser uno de los tres primeros en cruzar la línea de meta. Fácilmente podría haberse ocupado de sus asuntos e ignorar al resto de los corredores. Pero no lo hizo. En cambio, se dio la vuelta y se fue al margen animando a todos los corredores hasta que ellos también terminaron. Debido a que era un corredor de fondo, a veces esto significaba quedarse hasta veinte minutos.
La humildad y el espíritu de equipo de Zach me hacen pensar en la parábola de Jesús en Mateo 25 del maestro que dejó a sus sirvientes a cargo de sus asuntos. El amo elogió la fidelidad del siervo diciendo: “Bien hecho, mi buen siervo fiel”, lo mismo que Dios dirá a aquellos que seamos fieles hasta el día del juicio.
Dios nos echa porras con una sonrisa en Su rostro y en Su corazón cuando lo honramos viviendo con humildad y fidelidad. Cuando hacemos eso, podemos cantar de gozo, sabiendo que nuestra salvación es segura y que nosotros también escucharemos un día: “Bien hecho, mi buen siervo fiel”.
¿Qué de mi vida le agrada al Señor?
Querido Dios, oro para que mi vida te honre. Que otros te vean en mí. Gracias por el regalo y la recompensa de la salvación y por darme una razón por la qué cantar. En el nombre de Jesús oro, Amén.