Tómate un momento y detenerte a pensar en el amor insondable de Jesús quien murió en la cruz por ti.

La única razón por la que soportó la humillación, el dolor, la miseria y el horror fue porque te amaba más que a cualquier otra cosa. Jesús no quería vivir la eternidad sin ti.

Si fueras el único pecador del planeta, Jesús habría sufrido y muerto sólo para salvarte. Debido a su muerte, todo lo que soportamos en la Tierra es sólo temporal.

Es difícil para nosotros comprender la profundidad de lo que hizo.

Cuanto más comprendas el amor de Jesús, más cerca estarás de Él. Comprender la magnitud de su sacrificio te inspirará a tener una relación personal e íntima con él. A medida que esta relación crece y madura, comienzas a pensar y actuar como Jesús — incluso estando dispuesto a renunciar a tus propios planes para tu vida para que otros tengan la oportunidad de conocer a Jesús como tú.

Vive la vida como lo hizo Jesús — para nuestro Padre celestial y para los demás.