Satisfecho Con Tu Porción

por Heather Tietz

Eclesiastés 5:18

He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.

Cuando Salomón pudo haber pedido cualquier cosa a Dios, pidió sabiduría.

Dios, sorprendido con esta humilde petición, también le dio a Salomón todo bien terrenal. La experiencia de Salomón con la riqueza, las posesiones y el honor lo convierten en el probable autor de Eclesiastés. Filosofa sobre la vida y ofrece sus consejos. Lo ha tenido todo, lo ha hecho todo y lo ha visto todo.

Hacia el final de su reinado escribe: “Fuera de Dios, todo carece de sentido”. Ha aprendido que incluso la buena vida está vacía sin respeto a los caminos de Dios.

Las cosas simples de la vida (comer, beber y disfrutar de los deberes diarios) son la base para una buena vida. Eso es todo. El tramo por la fama, por la fortuna, por adquirir cosas, son un plato vacío, una comida insatisfactoria, demasiado cara.

No pierdas tu limitado tiempo. Disfruta la porción que Dios te ha dado. Agradece por ello. Un corazón satisfecho es un corazón feliz. La satisfacción evitará las canas del estrés, las enfermedades que provienen del exceso de trabajo y la tensión en las amistades que pueden crear la fama y la fortuna.

Dondequiera que estés en la vida, siéntete satisfecho. ¡Dios en su sabiduría siempre te dará más de lo que has solicitado!


Reflexión

¿Estoy contento con mi porción? ¿Qué deseo que Dios me dé? Escribiré una oración entregando mis deseos a Dios. Confiaré en Él para hacer lo mejor para mí.


Plegaria

Señor del Cielo, por favor provee mi porción diaria de trabajo, comida y salud. Ayúdame a estar contento con las muchas bendiciones que me das. Gracias por tu constante cuidado. En el nombre de Jesús oro, Amén.