¿Alguna vez ha hecho una resolución de año nuevo para comer más sano o hacer más ejercicio?

Yo sí lo he hecho.

Estas cosas, si se ponen en práctica, pueden ayudar a nuestra salud corporal; pero ¿qué pasa con nuestra salud espiritual?

De la misma manera que nuestros cuerpos necesitan alimentos nutritivos y ejercicio, nuestro espíritu también necesita alimentación y fortalecimiento. Esto solo puede suceder cuando pasamos más tiempo con Dios, meditamos en Su Palabra y nos comunicamos con Él a través de la oración.

Cada mañana, tenemos la oportunidad de comprometernos a crecer espiritualmente. Para ello, dedica un tiempo a hablar con Dios. A lo largo del día, lee y medita en su palabra.

Es posible que desees invertir en una Biblia de estudio o comenzar un diario de oración (o usar el diario incluido con esta aplicación). Tal vez incluso podría crear una sala de oración en su hogar.

No importa qué más hagas, busca el rostro de Dios todos los días y el resto caerá en su lugar.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).