¿Alguna vez has recibido ofertas de llamadas telefónicas en las que se reproduce un mensaje automático?

¿O esos emails que dicen “¡Has heredado millones de dólares! Todo lo que necesitas para obtenerlo es pagar una pequeña tarifa postal? Muchas de estas cosas son estafas y las personas no deberían confiar en esos mensajes o correos electrónicos.

Si recibo una llamada telefónica del número de mi amigo o un correo electrónico directamente de mi banco, presto atención al mensaje. Confío en él porque conozco a la persona u organización que me contacta.

¿Cómo podemos confiar en Dios si no lo conocemos?

Podemos conocer a Dios leyendo su Palabra regularmente.

Podemos conocer a Dios pasando tiempo en la naturaleza. Podemos conocer a Dios por cómo ha obrado en la vida de otras personas. Podemos conocer a Dios orando y hablando con Él ahora mismo.

Dios ya conoce todo de ti.

Él te formó en el vientre de tu madre, tiene un conteo de todos los cabellos de tu cabeza (y cuerpo), y se arriesgó a perder la vida de su Hijo solo para que puedas tener la oportunidad de la vida eterna.

Dios conoce las luchas que tienes, la angustia y la decepción. Él entiende tu dolor, frustración y miedos. Dios tiene un millón de planes para ayudarte, listos y esperando. Pero Él no puede obrar a menos que confíes en Él.

¿No confiarás en Él hoy?