por Pastor Ken
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis.
Mateo 25 contiene tres parábolas: las de las diez vírgenes, las de los talentos y las de las ovejas y los cabritos.
En estas parábolas, Jesús describió tres pasos hacia el cielo.
Primero, como las vírgenes con sus lámparas de aceite, debemos mantener continuamente la presencia plena del Espíritu Santo con nosotros.
En segundo lugar, necesitamos usar al máximo los talentos que Dios nos ha dado para ganar más personas para Cristo.
Finalmente, necesitamos caminar con Dios, emulando a Cristo. Si queremos vivir con Dios en el cielo para siempre, debemos reconocerlo en medio del sufrimiento y la injusticia que vemos aquí en la Tierra.
Jesús nos dice que nuestras vidas pueden influir en los que nos rodean. Siempre debemos pensar en lo que Dios quiere que hagamos, escuchar la voz del Espíritu Santo y, con todos nuestros talentos, servir a los demás como servimos a Dios. Entonces seremos como uno que vive en el reino celestial.
Si esto se convierte en tu hábito, ni siquiera sabrás cuánto influyes y beneficias a los demás. Así podrás experimentar el cielo. Y, en consecuencia, con el tiempo, se te dará el cielo eterno. ¡Alabado sea el Señor!
¿Qué puedo hacer para vivir las lecciones que Jesús enseñó en cada una de estas tres parábolas?
Señor que estás en el cielo, por favor ayúdame a escuchar la voz susurrante del Espíritu Santo. Hoy, déjame usar los talentos que me diste para beneficiar a aquellos que tal vez nunca me devuelvan el favor. Ayúdame a vivir hoy como si viviera en el cielo. En el nombre de Jesús oro, Amén.