Horatio G. Spafford era un exitoso abogado y hombre de negocios en Chicago con una familia encantadora — su esposa, Anna, y cinco hijos.

Pero su vida estuvo llena de angustia y dolor. Él y su esposa perdieron a su único hijo a causa de una neumonía en 1871. Luego, en noviembre de 1873, mientras la esposa de Spafford y sus cuatro hijas viajaban en un transatlántico desde Estados Unidos a Europa, el barco chocó con otro. Las cuatro hijas de Horatio y Anna Spafford estuvieron entre las 226 personas que murieron como consecuencia de ese naufragio. Sólo Anna sobrevivió.

Spafford escribió un himno mientras viajaba para llegar hasta su esposa para poder llorar juntos su pérdida y comenzar a recoger los pedazos de sus vidas destrozadas. El himno que escribió es “De Paz Inundada” (It is Well).

De paz inundada mi senda ya esté

O cúbrala un mar de aflicción

Mi suerte cualquiera que sea, diré

Estoy bien, estoy bien, con mi Dios

Si el Sr. Spafford pudo encontrar la paz confiando en Dios durante un momento de horrendo dolor y pena, tú y yo también podemos. Cuando enfrentes una tragedia inesperada o situaciones desesperadas, recuerda que la paz perfecta de Dios siempre está ahí.

Lo único que tienes que hacer es pedirlo.