Job estaba arruinado, solo y en agonía. Dudaba que sobreviviera.

No sabía por qué le sucedieron cosas tan malas: perder su riqueza, sus hijos y su salud. Pero para Job, Dios lo era todo. Ya sea que Dios lo salvara o no, tomó la decisión de serle fiel.

Sabía quién era Dios a través de su experiencia personal año tras año. En tiempos difíciles y buenos, sabía que Dios era fiel. No había duda en la mente de Job de que Dios era firme: el mismo hoy, mañana y siempre.

Cuando Job perdió a sus hijos y todo lo que tenía a la vez, incluso su esposa le dijo que se alejara de Dios. Pero él le dijo que era una tonta.

Además, cuando su cuerpo se llenó de dolor, dijo firmemente que se aferraría a la justicia que solo venía de Dios. Nada podía detener su fidelidad.

Para Job, cualquier prueba y cualquier situación desfavorable solo fortalecía su lealtad a Dios.

¿Te enfrentas a situaciones insoportables en este momento? Recuerda que Dios está contigo. El Dios que estuvo con Job estará contigo en toda situación. No te rindas nunca. Aférrate como lo hizo Job.