Los Postes Del Corazón

por John Simon

Miqueas 7:18

¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia.

El término “pasar por alto (que olvida)” en este versículo parece apuntar a ese fatídico día en Egipto cuando Dios rescató a la nación israelita de la amarga esclavitud.

A los hebreos se les dijo que podían salvarse del ángel de la muerte, pero solo con una condición. Esa condición no fue nada que ellos inherentemente tenían sobre los egipcios. Era la sangre de un cordero (ver Éxodo 12).

Dios fue misericordioso. Suministró todo lo que los israelitas necesitaban para mantenerse a salvo mientras ejecutaba su juicio sobre este pueblo pagano y desafiante. Sin embargo, cada israelita que deseaba ser salvo tenía un papel activo que desempeñar. Cada persona tenía que untar la sangre del cordero en los postes de las puertas de sus casas. Esto demostraba que aceptaban las instrucciones del Señor y confiaban en ellas.

Jesús es el Cordero de Dios (ver Juan 1:29).

Hagámoslo nuestro Salvador personal.

Cuando untamos su sangre en los postes de la puerta de nuestro corazón, manifestamos que Él es bienvenido a entrar (ver Apocalipsis 3:20). Él ha prometido perdonarnos y pasar por alto lo que podría ser el resultado de nuestra desobediencia. Él puede limpiar a todo el que esté dispuesto a medida que nos prepara para compartir su herencia.


Reflexión

¿De qué manera los relatos de cómo Dios ha pasado por alto (olvidado) mis pecados y me ha perdonado pueden ser una bendición para los demás?


Plegaria

Querido Dios, gracias por perdonarme todas las veces que te ofendí y que desobedecí tus leyes. Por favor perdona mis pecados. Cúbreme con la sangre de Cristo y pasa por alto mi humilde casa. Oro en el nombre de Jesús, Amén.