por Heather Tietz
Mas los que esperan á Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán.
La Selaginella Lepidophylla es una planta originaria de las Américas.
Distinta a la mayoría de las plantas, esta puede hacer algo que pocas pueden. Puede esperar. Es decir, puede esperar años por agua. Aunque se vuelve negra, seca y muera, a las pocas horas de ser regada, esta Planta de la Resurrección, como se la llama, se vuelve verde. Despliega sus hojas como una flor colosal.
Esperar el tiempo de Dios está escrito en todas las historias de la Biblia.
Noé esperó un año a través de la lluvia y las aguas del diluvio. El viejo Abraham esperó veinticinco años por su hijo prometido. José esperó por justicia en prisión. La reina Ester esperó que el pueblo judío fuera rescatado de la matanza. La madre de Moisés esperó mientras su bebé flotaba por el Nilo. David pasó años escondido esperando convertirse en rey. Daniel esperó en el foso de los leones el rescate de Dios.
Muchos de nuestros héroes de la Biblia esperaron mientras sus situaciones parecían negras, secas y completamente muertas. Pero entonces… ¡Dios!
A Noé se le dio una tierra renovada. Abraham disfrutó de un hijo en su vejez. José recibió el honor más alto de Egipto. Ester celebró la justicia. La madre de Moisés vio cómo la realeza adoptaba a su hijo. David se convirtió en el rey humano más amado en la historia de la Biblia. Daniel fue restaurado a su posición de honor mientras el nombre de su Dios era proclamado por toda Babilonia.
Cuando Dios está involucrado, la espera es un lugar de esperanza. Del otro lado de la espera está el plan perfecto de Dios: justicia, honor, alegría, renovación.
¿Qué estoy esperando que Dios haga?
Querido Dios amoroso, ayúdame a esperar el brillante futuro que has preparado para mí. En el nombre de Jesús espero y oro, Amén.