por Ami Hendrickson
Y él le dijo: No hayas miedo: porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Ruégote, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del mozo, y miró: y he aquí que el monte estaba lleno de gente de á caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
El rey de Siria estaba furioso. Su emboscada cuidadosamente planeada, destinada a matar al rey de Israel y destruir la armada israelí, había salido mal en el último minuto.
La primera vez que esto sucedió el rey de Siria estaba frustrado.
La segunda vez se enojó.
Ahora había sucedido tan seguido que estaba convencido de que había un espía en su séquito. Llamando a sus siervos, demandó saber quien era el simpatizante con el enemigo.
“No nos culpes”, dijeron sus siervos, “Culpa a Eliseo el profeta. El declara al rey de Israel las palabras que hablas en tus aposentos” (2 Reyes 6:12).
Esa noche, el gran ejército sirio de carruajes, caballos y soldados armados rodeó la ciudad de Dotán, donde vivía Eliseo. ¡No me sorprende que su siervo estuviera preocupado!
Pero Eliseo sabía que Dios no ve como ve el hombre (1 Samuel 16:7). Rápidamente elevó dos oraciones referentes a la vista. La primera (el versículo de hoy), pedía a Dios que abriera los ojos de su siervo para que viera el poder sagrado que les rodeaba. Cuando el siervo se dio cuenta que había un ejército a celestial listo para protegerlos, su miedo se desvaneció. La segunda oración de Eliseo fue para que la ceguera asolara a los sirios.
Dios contestó ambas oraciones de su siervo fiel. Entonces, como ahora, Él es el Dios de todo, tanto visible como invisible.
¿Qué evidencia veo todos los días que prueba que Dios aún manda su ejército celestial para pelear las batallas de aquellos que en confían en Él?
Amado Comandante de los ejércitos celestiales, por favor abre mis ojos a las maneras en las que me proteges y me rodeas de tu bondad. Ayúdame a nunca olvidar que Tú estás conmigo, incluso si no puedo verte. En el nombre de Jesús lo pido, Amén.