¡Que Alegría!

por Heather Tietz

Mateo 2:9-10

Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño. Y vista la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

De todas las sorpresas que este mundo ha visto, la estrella de la Natividad ciertamente ha sido una de las más fascinantes.

Generaciones de eruditos habían estudiado los cielos. Repentinamente, una noche apareció una señal. La estrella que Balaam había profetizado brilló (Números 24:17). ¡El poderoso rey que Daniel había predicho había nacido (Daniel 7:13-14)! ¡Había llegado!

Con gran anticipación, los magos emprendieron su larga travesía, viajando desde Persia hasta Belén.

Su caravana avanzaba con determinación, deteniéndose brevemente a causa de sus doloridos pies y sus sedientos camellos. Comían alimentos simples y durmieron a la intemperie durante meses. Y, finalmente, llegaron. Se arrodillaron ante la promesa cumplida, ¡Ante Aquel que los cielos habían declarado!

¿Quién es este niño cuyo nacimiento fue anunciado por las estrellas? ¿Quién es este niño a quien los profetas declararon el Gran Rey siglos antes de su nacimiento? ¿Lo conoces? Tú también has realizado un largo y cansado viaje hasta los pies del capitán. Que alegría, que consuelo, que emoción se tiene al final de un largo viaje, a la vista de la meta, cuando las luces se asoman al girar la curva. El esfuerzo, las llagas, los dolores de cabeza, el sacrificio, todo ha terminado.

Détente un momento a recordarle. Asómbrate a Su llegada. Fortalécete con la Adoración.


Reflexión

¿Qué me llevó a buscar a Jesús para mi vida?


Plegaria

Querido Jesús, Tú eres, y por siempre serás, mi rey. Gracias por hacer brillar una luz en este oscuro mundo. Gracias pro salvarme. Amén.