Dios Se Complace En Mi Prosperidad

por John Michalak

Salmos 35:27

Canten y alégrense los que están á favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea ensalzado Jehová, Que ama la paz de su siervo.

Un beneficio en una economía de libre mercado proviene del elemento de competencia.

Cuando las empresas compiten entre sí, esto a menudo genera mejores productos o servicios. Si el otro hace mejoras, uno también debe hacerlo aún más si se quieren obtener mayores ganancias. Y además, los clientes se benefician de bienes y servicios de mayor calidad.

Pero esta cultura de competencia puede ¨reptarse¨ hacia a la forma en que vemos la vida. Si nuestro vecino compra un auto nuevo, Creemos que nosotros también deberíamos hacerlo. Si el compañero de trabajo es ascendido por encima de nosotros, nos disgustamos y preguntarnos por qué.

A veces, una cultura de competencia nos lleva a resentir el éxito de los demás.

Asi mismo, es posible sentirnos con Dios, resentirnos con Él por su posición superior y poderosa y, ciertamente, asumir que Él no se complace en que crezcamos alto en la vida. Pero el Salmo de hoy revela un cuadro diferente. El Señor se complace de nuestra prosperidad. Cuando nos unimos a Él en su justa causa, ¡Él desea nuestro éxito!

Si tu competencia es con Dios, tal vez unirte a Él sea lo más conveniente. Únete a Dios en los negocios de la vida y te beneficiará mucho más allá de lo que te imaginas.


Reflexión

¿Creo que Dios quiere que tenga éxito? Oraré por perspicacia para ver en las Escrituras cuánto me valora personalmente y cuánto se preocupa por mi bienestar. También tendré en cuenta qué metas tengo que sí se adaptan o no con tu justa causa.


Plegaria

Querido Dios, gracias por complacerte en mi prosperidad. Hoy, te agradezco por tantas bendiciones: por la salud y la riqueza que tengo, por mi familia y amigos, y por el tesoro más grande de todos: Tu Hijo, Jesús. En su nombre oro, Amén.