por Pastor Ken
Y Saúl dijo á David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda ejecutarás tú grandes empresas, y prevalecerás. Entonces David se fué su camino, y Saúl se volvió á su lugar.
Lee el versículo de hoy e inserta tu nombre en él:
“Eres bendecido/bendecida, mi hijo/hija [tu nombre]. Lo haréis poderosamente, y seguramente, también, prevalecerás”.
Se vuelve más real y personal cuando te involucras en ello, ¿no es así?
Tus pensamientos tienen un gran poder sobre tus acciones.
Eres lo que crees. Si mantienes las palabras de Dios visiblemente presentes y prominentes en tu vida, conocerás la voluntad de Dios para tu vida y disfrutarás los placeres de sus bendiciones. Cuando lees la Palabra de Dios, la crees, la recuerdas y la vives, estás viviendo las promesas de Dios.
Cuando memorices este versículo y otros versículos que proclaman la bendición de Dios a sus hijos, cuando lo personalices y lo repitas a lo largo del día, podrás disfrutar de su verdad.
Entonces, como David, mientras “sigues tu camino”, puedes hacerlo con la confianza de que Dios te está guiando y bendiciendo en cada paso del camino.
Reconoce y acepta las bendiciones de Dios como propias. Reclámalas tú mismo. ¡Sé bendecido! ¡Hazlo poderosamente! ¡Alaba a Dios!
¿Cuál es mi versículo bíblico favorito? ¿Cómo puedo personalizarlo y reclamarlo para mí?
Misericordioso y maravilloso Salvador, por favor envíame el Espíritu Santo. Lléname con tu amor. Bendíceme, Señor, y ayúdame a encontrar todo el valor y la fuerza que necesito en tu providencia. En el nombre de Jesús oro, Amén.