por Margaret Michel
En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor.
¡Qué situaciones tan complicadas pueden ser las relaciones! Los celos, la intimidación y la manipulación a menudo se esconden detrás de máscaras.
La confianza, sin embargo, es una emoción que rara vez se disfraza.
Por lo general, uno sabe sin lugar a dudas si el otro tiene su total confianza o no. La confianza expone si hay amor genuino.
El verdadero amor es tan grande que desplaza cualquier espacio de temor o desconfianza. El amor y el valor prosperan donde no hay temor ni intimidación.
Cuando no hay necesidad de protegerse, cuando no hay duda de la inexistencia de la posibilidad de daño, ya sea físico, emocional, financiero o de otro tipo — aunque solo sea por reputación o autopercepción — entonces surge el valor para actuar. Incluso el admirador tímido, por ejemplo, alza la voz cuando desaparece la amenaza de rechazo. El estudiante tímido hace una prueba para el equipo de atletismo estudiantil cuando se elimina la amenaza de ser ridículizado.
Lo sé porque fui una niña extremadamente tímida, pero solo en la escuela. Sin embargo, no había ningún indicio de timidez cuando regresaba a la seguridad de mi hogar. ¿Por qué? No había amenaza de menosprecio o intimidación en el hogar. En casa tenía paz. En casa, sabía que me aceptaban y amaban. Y el amor echa fuera el temor.
¿Cómo puedo detectar de manera más intencional los diversos disfraces del temor, como la timidez, los prejuicios, la manipulación y los celos? ¿Qué planes tengo para combatir mis miedos cuando los encuentre?
Señor y Dios, quiero amarte sin ninguna reserva. Deja que mi amor por ti elimine cualquier temor que sienta a lo largo del día. Ayúdame a confiar completamente en tu voluntad y tus caminos en mi vida. En el nombre de Jesús oro, Amén.