El Gran Desafío

por Heather Tietz

Josué 1:6-7

Esfuérzate y sé valiente: porque tú repartirás á este pueblo por heredad la tierra, de la cual juré á sus padres que la daría á ellos. Solamente te esfuerces, y seas muy valiente, para cuidar de hacer conforme á toda la ley que mi siervo Moisés te mandó: no te apartes de ella ni á diestra ni á siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres.

Por fin, después de cuarenta años de vagar por el desierto del Sinaí, el pueblo de Dios estaba a las puertas de su hogar.

Estaban de pie a orillas del río Jordán, en el límite de Canaán. Josué los guiaría a entrar.

Sin embargo, Canaán no era una tierra despoblada. Estaba ocupada por gigantes: gente fuerte protegida por murallas fortificadas. El miedo había hecho que la generación de Josué se retirara al desierto cuarenta años antes. Pero este día, esta gran ciudad ya no era un monstruo para Josué.

Dios en ningún momento se centró en las dificultades que enfrentaban los israelitas. Los gigantes eran solo hormigas para él; los fuertes muros, eran solo guijarros bajo sus dedos.

Dios no estaba preocupado por el gran obstáculo. Estaba por mucho, más interesado por el corazón de Josué, por su capacidad de mantenerse firme, de seguir sus leyes a pesar de los descarriados israelitas o de la tentación de los vecinos paganos.

Dios mismo habla de motivación más allá de Josué: “Guía a mi pueblo a seguir mis leyes. No estropees ni doblegues las reglas. No hagas excepciones. Sé fuerte para hacer lo correcto. Ten el valor de detener a mis hijos cuando se extravíen en el pecado. Guíalos bien. Entonces, ganaré tus batallas. Te bendeciré y te daré éxito dondequiera que vayas”.

¿A quién estás siguiendo? ¿Hacia dónde te diriges?


Reflexión

¿Qué desafíos estoy enfrentando actualmente que me parecen abrumadores? Se los daré a Dios y le pediré que pelee mis batallas en mi lugar.


Plegaria

Querido Dios, por favor ayúdame a concentrarme en ti, en lugar de los grandes problemas que enfrento. Cuando voy a donde tú me llevas, con tu ayuda, puedo superar cualquier obstáculo. Eres la fuente de todo mi éxito. En el nombre de Jesús oro, Amén.