Un Refugio En La Ciudad

por Heather Tietz

Salmos 46:1

Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Nueva York es la ciudad más grande de Estados Unidos.

Más de 8 millones de personas se concentran en 753 kilómetros cuadrados de edificios, carreteras y parques. Tiene el doble de población que Los Ángeles, pero solo tiene la mitad del espacio. ¡Eso es ser una ciudad muy poblada!

En 1857, impulsada por la opinión de los extranjeros de que los estadounidenses estaban más interesados en obtener cosas que en desarrollar relaciones, la ciudad de Nueva York suavizó su paisaje urbano con un oasis viviente de 340 hectáreas llamado Central Park.

El ruido del tráfico, el escape de los automóviles, el olor de los botes de basura desbordados, la vista de los edificios de ladrillo, los estímulos abrumadores de la ciudad están amurallados por árboles y césped, lagos, bancas, áreas de juegos y pájaros. Los 365 días del año permanece abierto Central Park, un refugio permanente para los habitantes de la ciudad.

Nuestras vidas pueden ser como una gran ciudad: ruidosas, incómodas y estresantes. Pero tenemos un refugio.

David dice que “Dios nos lleva a verdes pastos junto a aguas tranquilas. Él restaura nuestras almas”. Incluso cuando nos encontramos en el valle de sombtas él está con nosotros. Él es nuestro oasis viviente, un refugio los 365 días del año.

Habla y camina con Jesús. Si no puedes encontrar consuelo con tus pies, cierra los ojos, clama por la paz de Dios. Él está dispuesto a otorgarla.


Reflexión

¿Cómo reclamo el refugio de Dios cuando estoy abrumado?


Plegaria

Querido Señor, gracias por ser mi lugar seguro. Tu amor me rodee y me proteja de todo lo que el mundo me presente. Te suplico y alabo en el nombre de Jesús, Amén.