Dios creó a Adán y a Eva perfectos.

Los hizo sin defectos ni fallas. Incluso en la perfección, Dios vio que era bueno que la humanidad trabajara. Les dio un jardín floreciente lleno de todo tipo de frutos. Si bien sería fácil para Dios hacer que los árboles y las plantas se cuidaran solos, Dios pensó que era mejor dejar que Adán y Eva trabajaran por su alimento. Sabía que estar ociosos no era bueno para ellos. Él les dio todo lo que necesitaban para tener una vida feliz y plena.

Dios todavía se preocupa por nosotros hoy.

Él todavía quiere darnos todo lo que necesitamos, pero también quiere que tengamos un trabajo significativo. Es por eso que nos ha pedido que nos asociemos con Él para difundir las buenas nuevas de su amor por el mundo.

Dios conoce nuestras necesidades y dolores.

Él sabe que a veces necesitamos tiempo para aprender a confiar en Él. A veces necesitamos superar un desafío para fortalecer nuestro espíritu. A veces necesitamos un amigo compasivo con quien hablar. Cualquier cosa que necesitemos, Dios quiere dárnosla. Sólo tenemos que pedirla.