por Pastor Ken
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
Tú puedes ser una persona perfecta cuando te vuelves uno con Jesús.
Perfecto no significa que nunca cometas un error o que nunca te equivocas. Más bien, “perfecto” significa ser maduro en Cristo, buscando genuinamente agradar a Dios en todos los sentidos.
Las palabras que dices son un reflejo de tu corazón: lo que piensas y cómo te sientes. Las palabras que salen de tu boca envían un mensaje a Dios y a los demás sobre tu relación con el Salvador.
Antes de hablar, pregúntate: “Lo que voy a decir está:
¿Libre de injusticia e hipocresía?
¿Puro?
¿Misericordioso?
¿Pacífico?
¿Amable?
¿Ejemplar?
¿Dador de vida?”
Elije tus palabras con cuidado. Deja que cada una de ellas refleje tu amor por Dios y por la vida perfecta que él quiere darte.
¿Qué palabras necesito eliminar de mi vocabulario para hacerme más maduro y perfecto en Cristo?
Señor Celestial, ayúdame a tener siempre a Jesús en mi corazón para que todo lo que diga sea un reflejo de quién eres tú. Que la persona que me escuche nunca dude de mi amor por tí. En el nombre de tu Hijo, oro, Amén.