por Heather Tietz
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Los niños no siempre entienden que sus padres tienen buenas intenciones para ellos, especialmente cuando se trata de disciplinarlos.
En el versículo de hoy, el profeta Jeremías anima al pueblo hebreo, que está cautivo en el imperio babilónico, a resistir. Permanecerán cautivos setenta años, les dice. Ésta es su disciplina por alejarse de Dios. Pero entonces, Dios los restaurará a sus hogares en Jerusalén.
Mientras tanto, Jeremías esencialmente dice: “Dios no te ha olvidado. No es que no eres amado. Simplemente estás siendo castigado. Dios tiene un futuro para ti donde habrá paz y seguridad”.
Dios tiene un corazón de padre.
Incluso cuando Sus hijos son desobedientes, cuando experimentan con el pecado, aún cuando no quieren disculparse, Dios sigue siendo su padre. Dios espera, ansioso de que sus hijos recapaciten, se arrepientan y se porten bien, para poder darles las bendiciones que tiene para ellos.
Si eres hijo de Dios, entonces Él tiene un futuro planeado para ti. Existe, por supuesto, la esperanza del cielo, pero también existe un futuro terrenal. Él sabe el número de tus días y tiene planeados eventos que harán crecer tu espíritu, que le traerán gloria, que son verdaderamente buenos. Permanece en Él, disfruta de Su esperanza y abraza Su futuro.
¿Qué espero en mi futuro? ¿Qué pasa si mis esperanzas y sueños no son los mismos que los sueños y esperanzas de Dios para mí? ¿Cómo he compartido mis deseos con Dios?
Señor celestial, me siento honrado de que te fijes en mí. Gracias por pensar en mí, por planificar un futuro que incluye mi paz y prosperidad. Confío en Tu guianza. Tu sabes mejor. Amén.