por Heather Tietz
Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús.
Si tu vida cristiana fuera un automóvil, el versículo de hoy sería una de las ruedas que la impulsa hacia adelante.
Este versículo es crucial para ayudarnos a vivir cada día; sin él, perderíamos el aire de nuestros neumáticos figurativos.
La preocupación, el miedo, la ansiedad, el estrés nos hacen avanzar lenta, torcida y dolorosamente, como un neumático que pierde el aire. Es malo para nuestro automóvil y para nuestra salud, tanto física como espiritual. Nuestras noches de morder las uñas, retorcer las manos, estar irritables e inquietos son, tal vez, señales externas de que necesitamos una afinación celestial.
La preocupación, el miedo, la ansiedad y el estrés son señales para hacer un alto. ¡Detente! No vayas más lejos. Deja de preocuparte y ora. Se necesita la mano poderosa de Dios, como la de un mecánico experto.
Dios sabe el número de cabellos en tu cabeza, la cantidad de banda de rodadura de tu neumático y cuánta gasolina hay en tu tanque. Él ciertamente conoce tus fallas, cómo llegaron allí y cómo solucionarlas.
¡Así que detente! Llama al gran mecánico. Mientras meditas en lo ancho y lo extenso, en la absoluta inmensidad de Aquel a quien estás hablando, Dios llenará de paz tu agotado ser. Él es más grande. Más grande que todo. Él puede arreglar cualquier cosa.
¿ Está funcionando hoy mi vehículo espiritual? ¿Cuáles son algunos otros versículos que ayudan mi espíritu a mantenerse en sintonía y funcionando bien?
Querido Dios, hoy te diré las cosas que mi corazón clama. Te entrego todas mis ansiedades y preocupaciones. Por favor reemplázalas con tu paz. Gracias por tu amor infinito e incomparable. En el santo nombre de Jesús oro, Amén.