por Beatrice Jean-Baptiste
Echando toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Algunas plantas no crecen bien juntas, como las papas y los pepinos. Los pepinos se ahogan cuando se plantan cerca de las papas, por lo que estos dos vegetales nunca deben plantarse uno al lado del otro.
Como las papas y los pepinos, la preocupación y la fe no pueden coexistir en el mismo corazón. Cuando la preocupación se planta en el corazón, ahoga nuestra fe.
En Mateo 6:25-34, Jesús nos dice que no nos preocupemos por qué comer o qué beber. Él nos dice que no nos inquietemos por nuestra salud o por nuestra ropa. Dios sabe que necesitamos estas cosas. Si buscamos a Dios primero, todo lo que necesitamos llegará.
Jesús quiere arrancar de raíz la preocupación del jardín de tu corazón. Para que esto sea posible, Él debe arrancar la mala hierba de la angustia, la duda, el miedo y la ansiedad para que la fe pueda florecer. De la misma manera que una planta necesita luz solar, agua y aire para crecer, debemos confiar en el Jardinero de nuestra fe encarando todas las preocupaciones que se nos presenten, sabiendo que él proveerá el Sol de Justicia, la Palabra de Dios y la amistad del Espíritu Santo para nutrir nuestro crecimiento.
Hoy, si te sientes abrumado, entrega tus preocupaciones a Jesús porque Él se preocupa y se especializa en el crecimiento espiritual.
¿Qué pasos puedo tomar para desarraigar la preocupación de mi corazón? ¿Qué promesas bíblicas puedo reclamar para edificar mi fe y sofocar mis preocupaciones?
Dios todopoderoso, echo todas mis preocupaciones y cargas sobre ti. Déjame crecer plenamente con tu cuidado constante. En el nombre de Jesús oro, Amén.