por Darla Noble
Porque siete veces cae el justo, y se torna á levantar; Mas los impíos caerán en el mal.
Varias veces al día camino por el trillado camino entre nuestros dos graneros.
Es el mismo camino que han recorrido cuatro generaciones previas de mi familia. Eso equivale a más de cien años de desgaste del suelo. Con el tiempo, una piedra quedó expuesta. Apenas sobresalía — lo suficiente como para golpearte un dedo del pie y hacerte tropezar, sin embargo en más de una ocasión me hizo tirar o derramar lo que llevaba.
Entonces, un día me pregunté: “¿Por qué seguía tropezándome con esa piedra? ¿Por qué no me había desecho de ella?”
Y así lo hice. Usando mi fiel pala, sacar la piedra me tomó cinco minutos.
Esa piedra me recuerda las cosas de nuestras vidas que nos hacen tropezar en nuestra relación con Dios. Si no tomamos medidas deliberadas para eliminarlas de nuestro camino, pueden convertirse, en las palabras del versículo de hoy, en nuestro mal.
Jesús quiere caminar a tu lado en cada paso del camino a lo largo de toda tu vida. Si lo dejas, Él siempre te levantará cuando tropieces.
¿Quién o qué en mi vida me tienta a caer? ¿Qué haré para librar mi vida de estas tentaciones y mantenerme fuerte contra ellas?
Querido Jesús, por favor quédate conmigo siempre. Dame el valor y la sabiduría que necesito para quitar las piedras del camino de mi vida. Mantenme erguido y no me dejes caer en pecado. En tu nombre oro, Amén.