Dios da gracia a los humildes.

El orgulloso se cree superior a los demás. Por lo tanto, en su corazón dice: “No necesito a Dios porque puedo hacer frente a las cosas por mi cuenta”.

Pero la humildad reconoce nuestros defectos y nuestra necesidad del Salvador y de Dios. También reconoce las fortalezas, no por arrogancia, sino como algo de Dios para glorificarlo.

Piensa en tu vida.

Es por la gracia de Dios que te convertiste en quien eres ahora. Fue por su gracia que creíste en Jesús. Cada día, debido a Su abundante gracia, vives tu vida diaria.

Siéntate en silencio por un momento y escribe todo lo que por gracia de Dios has recibido en tu vida hasta ahora. Puedes utilizar el diario de esta aplicación.

Comience con su nacimiento. Sí, por la gracia de Dios naciste. Por Su gracia, encontraste a Jesús. Por Su gracia, te encanta leer la Biblia.

Por Su gracia, amas a Dios y amas a los demás. Por Su gracia, quieres glorificar a Dios en todo lo que haces.

Por Su gracia, quieres ser fiel en todo lo que haces porque Dios te ha dado todas las cosas buenas en tu vida.

Cuando no veas un futuro brillante, o no sepas qué hacer, saca la lista de Gracia y léela.

Puede ayudarte a ver a Dios guiándote con su gracia.