La Buena Mano De Dios Como La De Un Jardinero

por Darla Noble

Jeremías 17:7-8

Bendito el varón que se fía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto á la corriente echará sus raices, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.

Beth sabía en su corazón que el Instituto Bíblico era donde ella necesitaba estar.

El ministerio de niños era todo lo que había querido hacer desde la secundaria. Pero una cosa tras otra seguía saliendo mal. Fue un caso clásico de “un paso adelante y tres hacia atrás”.

Ella pretendía ir a casa para el Día de Acción de Gracias, pero su auto se descompuso. No tenía suficiente dinero para arreglarlo y el dinero de la gasolina lo tuvo que gastar en macarrones con queso y agua embotellada barata.

Mientras estaba sentada en su dormitorio sintiendo pena por sí misma, preguntándose si estaba o no haciendo la voluntad de Dios para su vida, alguien llamó a su puerta.

Un grupo de jóvenes de la iglesia a la que asistía había decidido tener un fin de semana de Acción de Gracias con los estudiantes que no podrían ir a casa. Beth disfrutó de una cena preparada por un grupo de increíbles mujeres piadosas, de juegos, de proyectos de servicio comunitario y de compañerismo. Fue el mejor Día de Acción de Gracias que tuvo.

También tuvo una respuesta a una oración: la semana siguiente en la iglesia, los ancianos le preguntaron si le gustaría hacer sus prácticas como encargada del Ministerio Infantil de la iglesia a cambio ellos pagarían la colegiatura de los dos años que le quedaban para terminar su carrera.

La buena mano de Dios como la de un jardinero nos sacia cuando tenemos sed, nos nutre con sus bendiciones y nos hace crecer en la fe cuando ponemos nuestra confianza en Él.


Reflexión

¿Qué áreas de mi vida necesito entregar a Dios para que mi fe pueda crecer y florecer?


Plegaria

Querido Dios, gracias por tu constante cuidado. Sin él, no sería nada. Gracias por hacerme crecer como un árbol plantado junto al agua. En el nombre de Jesús oro, Amén.