por Pastor Ken
Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia.
Tenía unos diez años cuando conocí lo que era la Biblia.
Entonces, cuando un joven predicador me explicó que la Biblia me enseñaría cómo vivir una buena vida y tener vida eterna con Dios, me entusiasmó saber más.
Desde la primera vez que abrí la Biblia grande que estaba sobre la mesa y comencé a leer, ¡me enganché! ¡No me cansaba y quería más!
Cuando aprendí a leer y hablar inglés, pude conseguir una pequeña Biblia de bolsillo para llevarla a todas partes. La saqué en el metro, en el autobús y en todos lados para poder leerla mientras viajaba o esperaba. También tenía la Biblia grabada para poder escucharla cuando no fuera posible leerla.
Mi hábito de leer y escuchar la Biblia en aquel entonces todavía lo tengo hoy. Hoy escucho la Biblia en iTunes en mi teléfono. Aunque he leído y/o escuchado la Biblia entera muchas veces, cada vez que lo hago aprendo algo nuevo.
¡Quiero animarte a que adquieras el hábito de leer y escuchar la Biblia porque este hábito que cambió mi vida tan maravillosamente también puede cambiar la tuya!
¿Cómo puedo leer o escuchar la Biblia con más frecuencia en mi vida ocupada?
Santo Dios, gracias por tu palabra, la Biblia. Ayúdame a valorarlo y estudiarlo siempre para poder conocer mejor a Jesús y amar a los demás como Él lo hizo. En el nombre de Jesús, Quien es la Palabra, te lo ruego. Amén.