Da Un Poco Ahora, Recibe Mucho Después

por John Simon

Hebreos 12:2

Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de Dios.

El versículo de hoy deriva de lo que muchos llaman el “capítulo de la fe” de la Biblia.

Vale la pena imitar los ejemplos de Abel, Noé, Abraham y Sara, Isaac, Moisés, Rahab y las otras personas mencionadas. Por supuesto, Jesús es nuestro ejemplo perfecto y el perfeccionador de nuestros caminos de fe, por lo que merece nuestra mayor atención y prioridad.

Aunque nuestro Señor y Salvador está infinitamente por encima de aquellos mencionados en Hebreos 11, el modelo de fe es similar.

Abraham y Moisés le dieron más valor a la Tierra Prometida que a su nivel de comodidad en Ur o Egipto. Abraham vio la muerte inminente de su amado hijo como momentánea y creyó en el poder de la resurrección de Dios. Cristo vio que el Calvario solo duraría unas pocas horas, mientras que su relación con cada uno de nosotros duraría incontables años.

La única forma en que seremos capaces de soportar las pruebas y resistir las tentaciones del presente es confiando en Dios y apoyándonos en sus promesas futuras.

Él comenzó nuestra historia de vida. Y la culminará con el más feliz de los finales.


Reflexión

¿De qué manera me ha ayudado el esperar el pronto regreso de Jesús a superar las pruebas y tentaciones del pasado?


Plegaria

Amado Dios, gracias porque tu Hijo estuvo dispuesto a mirar más allá de su miseria terrenal hacia la gloria futura de la comunión eterna con aquellos que Él creó y redimió. Ayúdame a ser parte de esa hermandad. Ayúdame a considerar la dicha interminable de la nueva tierra; su valor es por mucho mayor que las frustraciones temporales, el dolor e incluso los placeres que experimento aquí. En el nombre de Jesús oro, Amén.