por Pastor Ken
Y alegrarse han todos los que en ti confían; Para siempre darán voces de júbilo, porque tú los defiendes: Y en ti se regocijarán los que aman tu nombre.
No hace mucho estaba parado en el parque, contemplando la puesta de sol y disfrutando de la belleza de la creación de Dios: la naturaleza.
Mientras contemplaba todo a mi alrededor, dije: “Jesús, todo es tan hermoso”.
Entonces sentí que Él me respondió con voz suave: “¡Entre todas estas cosas, tú eres lo más bello para mí!”
¡Qué sorpresa tan inspiradora! Me sentí muy empoderado. Su calidez llenó mi corazón.
Sí, pensé, Jesús me cubre. Estoy bajo sus alas. Allí encuentro refugio. Mientras consideraba esas palabras tan hermosas, mi alma se regocijó plenamente, volando hacia el alto cielo sin ninguna limitación.
También me confortó y me animó el hecho de que Dios me ama por encima de todo lo bello de la Tierra, y de toda su fantástica magnificencia.
Cuando estés pasando por momentos difíciles, cuando nada parezca salir bien o cuando te sientas ansioso y deprimido, trata de recordar lo que Jesús ha hecho por ti.
Mira toda la belleza que Él ha creado a tu alrededor y comprende que tú eres lo más amado de todo ello.
¿Qué canto expresa mi gratitud a Dios de forma más efectiva y afectiva en mi corazón? ¿Podría entonarlo ahora?
Oh, Dios maravilloso, te alabo con todo mi corazón, mente, alma y cuerpo. Te alabaré siempre y estaré eternamente agradecido por lo que has hecho por mí. En el nombre de Jesús oro, Amén.