Imagínate recibir una carta del apóstol Pablo que enumere las cualidades que Jesús dice que mejor resumen lo que desea en aquellos que lo llaman Salvador.

El versículo de hoy es esa carta. Estas son las cosas que Jesús desea que seamos, no solo que las usemos cuando nos convenga, sino que seamos.

Verdadero se refiere a todo lo que es moral y espiritualmente sano, todo lo que es compatible con la lealtad a Jesús, quien es la verdad (Juan 14:6).

Honesto, significa honorable y digno de respeto. “Lo único que quiero dejar a mis hijos es un nombre honorable”. — Theodore Roosevelt.

Justo, que a menudo se traduce como “recto”, se refiere a ser modesto, correcto e irreprochable.

Puro se refiere no solo a la pureza sexual sino que también significa tener pureza de ambición, de deseo y de motivo.

Amable se refiere a ser amigable, adorable, compasivo y educado.

Virtud es simplemente excelencia moral.

Alabanza es el acto de dar a Dios su debido reconocimiento por ser el Creador de todo y el Santo.

Estos son los dones que Dios te da a medida que te unes continuamente a él como su Hijo.

Amar a Dios es la mayor de las virtudes; ser amado por Dios es la mayor de las bendiciones. — Proverbio portugués