por Sam
Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; á fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se partió de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Los israelitas eran un pueblo obstinado, supersticioso y parcialmente sin religión.
Cuatrocientos años de esclavitud les habían hecho sentir que Dios los había abandonado. Entonces, cuando salieron de Egipto, Dios los guió en la forma física de una nube y de fuego. Quería que su pueblo supiera “Estoy aquí. No te dejaré.
De manera similar, Jesús dijo que enviaría un Consolador: alguien que nos enseñe y guíe, nos consuele y nos apoye. Ese es el Espíritu Santo. Jesús ha enviado ese Espíritu Santo a cada persona, para estar con ellos día y noche. Dios está contigo incluso ahora. No puedes huir de Él.
En mis momentos más oscuros, cuando trataba de olvidar a Dios y huir de Él, esa pequeña voz del Espíritu Santo todavía me hablaba. Me suplicaba en silencio que volviera a Dios, que desechara mi pecado y le implorara. Dios siempre está ahí para guiarme cuando más lo necesito.
Dios sabe cuál es el mejor camino para ti. Él quiere guiarte como lo hizo con los israelitas. Él quiere ser tu Nube de día y tu Fuego de noche.
¿Acaso no se lo permitirás hoy?
¿Cuáles son algunos de los peligros de los que quiero que Dios me proteja? ¿Cuáles son algunas de las cosas desconocidas de las que quiero que Dios me guíe a través de ellas?
Querido Dios, gracias por estar siempre conmigo. Por favor sé mi Nube para cubrirme de los peligros de la vida y mi Fuego para guiarme en la oscuridad. Gracias por siempre estar conmigo. Oro en el nombre de Jesús, amén.