Si tu casa se incendiara, ¿qué cosas preciadas te gustaría llevar contigo?

Usted puede ser una de las muchas personas cuyos hogares fueron destruidos por devastadores incendios forestales, erupciones volcánicas o inundaciones, tornados y huracanes que azotan regularmente. Si es así, no solo te has hecho esa pregunta… has tenido que responderla.

Dios también tuvo que responder esa pregunta. La respondió cuando Eva pecó, cambiando para siempre el panorama de la humanidad. Él respondió nuevamente después de que los hijos de Noé pecaron, reavivando la naturaleza pecaminosa en todos nosotros. Dios tuvo que preguntarse: “¿Qué llevaré conmigo cuando un fuego destruya la hermosa tierra que he creado?”

Su respuesta fue esta: “Tomaré Mis joyas preciosas”, es decir, cada persona que se identifique como Suya. Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, pasamos de ser una de las creaciones de Dios amadas incondicionalmente a ser uno de Sus hijos amados incondicionalmente… joyas invaluables y atesoradas.

Como humanos, solo podemos llevar tanto. No es factible guardar todo lo que querríamos llevar con nosotros en caso de incendio u otro desastre. Pero la capacidad de los brazos de Dios no tiene medida. Él quiere salvarnos a todos.

Todo lo que debemos hacer es aceptar el regalo de Su salvación.