En el pasaje de hoy, el apóstol Pablo nos anima a respetar, escuchar y obedecer a nuestra madre y a nuestro padre.

También nos recuerda que Dios promete que si lo hacemos, nos bendecirá abundantemente.

Jesús no solo le dio a Pablo palabras de instrucción; También le dio palabras de experiencia. Entre las últimas palabras de Jesús estuvieron aquellas que expresaron preocupación porque su madre fuese cuidada después de su partida (Juan 19:26-27).

Cuando amas a Jesús con un amor profundo y sincero, tratar a tus padres como se nos ha ordenado que lo hagamos será algo natural. Cuando estés cerca de Jesús, serás una persona que traerá a tu madre, a tu padre y a Dios un gran sentido de orgullo y alegría.

La Biblia es clara: si nuestros padres están en desacuerdo con las enseñanzas de Dios, honrar a Dios siempre debe ser lo primero. Sin embargo, honrar a nuestros padres es una bendición dada por Dios. Incluso ahora que soy mayor, también sé cuánto quería que mi mamá se sintiera orgullosa de mí.

Honrar a tus padres es honrar también a Dios.