Una vez tuve la maravillosa oportunidad de quedarme con una pareja que había dedicado su vida a la iglesia de Dios durante un largo período de tiempo.

¡Que bendición! Estos amados santos eran genuinos, honestos, agradecidos y felices. El tiempo que pasé con ellos fue valioso e inolvidable.

Me enseñaron muchas formas prácticas de vivir en obediencia a Dios. Aprendí cómo incluso las pequeñas cosas cotidianas de la vida pueden reflejar la verdad del versículo de hoy: “Felices las personas cuyo Dios es el Señor”.

También aprendí a ser graciosamente audaz para Cristo. Como parte de su rutina diaria, la pareja compartió Biblias, libros devocionales y palabras de aliento con las personas dondequiera que iban.

Sus vidas verdaderamente reflejaron su carácter. Oro para que el mío también lo haga. ¿Qué refleja tu vida sobre tu carácter?