La Bendición De La Disciplina

por Darla Noble

Lamentaciones 3:27-28

Bueno es al hombre, si llevare el yugo desde su mocedad. Sentaráse solo, y callará, porque lo llevó sobre sí.

Cuando era pequeña, mis padres me advirtieron no montar en triciclo en la calle frente a nuestra casa.

Prosiguieron esas instrucciones indicándome que si lo hacía, sería disciplinada, con una nalgada.

Cuando tenía dieciséis años, mis padres me impusieron un toque de queda. Siguieron estas instrucciones con la advertencia de que si no llegaba a casa a tiempo, perder mis privilegios de conducir sería la medida disciplinaria elegida.

Dios nos ha dado instrucciones definitivas para no pecar. Sus instrucciones son claras y fáciles de entender. Él no impone reglas aleatorias a sus hijos. Él sigue estas instrucciones con la advertencia de que la desobediencia acarreará disciplina.

La disciplina es para nuestro propio bien. La disciplina nos protege del daño y nos convierte en personas íntegras. Pero, sobre todo, la disciplina nos hace darnos cuenta de que no somos Dios. El universo no se inclina ante nosotros ni sigue nuestras pretensiones.

Nos pone frente a frente con el Señor de todo y nos recuerda que Él nos ama.


Reflexión

¿Qué necesito cambiar en mi vida para evitar necesitar la disciplina de Dios?


Plegaria

Dios, no siempre me gusta la disciplina, pero sé que es necesaria e incluso buena. Ayúdame a aceptar tu disciplina tal como es: refinamiento del carácter. Ayúdame a crecer gracias a ella. En el nombre de Jesús oro, Amén.