“Yeshua” es la forma hebrea del nombre de Jesús. Así lo llamaban sus amigos y seguidores judíos.

“Iesous” es la forma en griego del nombre de Jesús. En el que fueron escritos originalmente los Evangelios, y cómo los conversos griegos habrían pronunciado su nombre.

“Jesús” es nuestra traducción al español. Yeshua (o Iesous) era un nombre común durante el tiempo del nacimiento de nuestro Salvador. No fue original, de hecho, muchos niños hebreos habrían corrido por todas partes con este nombre que honraba a Dios.

Le recordaba al pueblo judío que “Jehová es Salvación”. Los había salvado de la desnudez en el Jardín del Edén. Los había salvado del diluvio. Los había salvado de la esclavitud en Egipto y de vagar por el desierto. Les había dado esperanza toda vez que fueron reprimidos bajo el gobierno de una nación extranjera. Dios los había salvado a lo largo de toda su historia, y ahora los salvaría nuevamente a través del nacimiento de su hijo, Yeshua, Iesous, Jesús.

Jesús es la encarnación de su nombre. Él ES la Salvación. Él ofrece salvarnos hoy de nuestro egocentrismo, de nuestras relaciones rotas, de nuestro amor por el dinero, de nuestra desesperanza, de nuestras adicciones y de una vida agobiante.

Él salva por toda la eternidad, y nos está salvando ahora.