¿Dónde vive Dios?

Jacob despertó de un sueño donde atestiguaba la presencia de Dios en el lugar donde dormía.

Dios le habló, renovando el pacto que hizo con su padre y su abuelo, que él sería su Dios y ellos serían su pueblo.

Entonces Jacob se dedicó a vivir bajo el pacto de Dios.

Reconoció que cuando Dios está presente, el lugar y la gente cambian. Se vuelven santos. Por eso Jacob dijo: “¡Qué impresionante es este lugar! Esta no es otra cosa que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo” (Génesis 28:17).

Jacob sabía que Dios vivía en cualquier lugar y en todas partes. El gran Dios del universo no puede contenerse en un edificio eclesiástico. Él no está ausente en un cielo sin fin. No. Dios vive en cada uno de sus hijos. Él satura el aire que respiramos. Él nos rodea y nos llena con su presencia.

Jacob se levantó de mañana, colocó la piedra que había usado como almohada y llamó al lugar Betel, una palabra hebrea que significa casa de Dios (Génesis 28:18-19).

¿Dónde vive Dios? Él vive en el corazón de sus hijos.

Oro para que Él viva en el tuyo y en el mío por siempre.