El nombre de David se puede encontrar más de 1000 veces en la Biblia.

Él era un pastor. Luego se convirtió en soldado, guerrero, músico, poeta, compositor, autor, rey y constructor de imperios. David tomó una nación débil y en apuros y la hizo poderosa. Bajo su reinado, las fronteras se expandieron, se redujeron los impuestos y floreció la prosperidad.

Los salmos de David muestran su intensa devoción a Dios. A veces se eleva a las alturas del éxtasis. En otros, está en el calabozo de la desesperación.

La vida de David ilustra varias verdades espirituales:

• Es completamente honesto. Él no es hipócrita. Está abierto a expresar sus dudas, emociones y defectos.

• Tiene un corazón para Dios. En varias situaciones a lo largo de su vida, anhela agradar a Dios.

• David cree que Dios siempre está ahí. Constantemente tiene un sentido de la presencia de Dios. Esa fue la fuente de su extraordinaria vida vigorosa.

Dios nos invita a expresarle honestamente nuestras emociones. Él nos anima a desnudar nuestras almas ante Él, buscando conocerlo. Nunca podemos sorprenderlo. Él nos insta a creer que Él siempre está ahí, ¡porque Él lo está!

Él nos proporciona energía continua y nos permite vivir vidas maravillosamente poderosas.