La bondad de Dios a menudo se muestra en Sus bendiciones.

Sus bendiciones están asociadas con Su favor y protección. A menudo, buscamos bendiciones que caigan del cielo, sin darnos cuenta de que muchas de ellas nos están mirando a la cara. Todos los días, las bendiciones de Dios se pueden ver y sentir porque todo lo que Él hace está lleno de amor, consideración y compasión. Sin embargo, muchas de las bendiciones de Dios son condicionales y dependen de nuestra obediencia.

En Éxodo 23, Dios promete bendecir a los israelitas si eligen seguirlo en obediencia. Dios les advierte que no sigan a las naciones vecinas en idolatría, sino que lo busquen con sinceridad. Él desea adoración del corazón y lealtad. Si Su pueblo elige honrarlo en obediencia, Él promete generosamente colmarlos de bendiciones.

Nuestra obediencia a Dios está ligada a nuestras bendiciones de Dios. Dios ama colmarnos de bendiciones y todo lo que Él pide a cambio es un corazón enfocado en hacer Su voluntad.

Dios está deseoso de bendecirte más allá de tus sueños más salvajes. Él desea abrazarte con su favor porque, a los ojos de Dios, tú importas. Dios sabe que tu verdadero gozo se encontrará en una relación amorosa con Él, por lo que te pide obediencia a cambio de Sus bendiciones.