Para su última comida en la tierra, Jesús cenó con sus discípulos, sus amigos y compañeros más cercanos.
Primero, se humilló así mismo y lavó sus sucios y polvorientos pies como lo haría un sirviente. Luego se unió a ellos para celebrar la Pascua, en conmemoración de la liberación de Dios a Israel de Egipto siglos antes. Sabía que sería la última vez que estarían juntos: su misión pronto lo llevaría a un lugar al que ellos no lo podrían seguir.
Jesús se fue con una solicitud para que sus seguidores lo recordaran cada vez que comieran juntos una comida similar. Hoy, por eso tomamos la comunión: para recordar el sacrificio de nuestro Salvador mientras esperamos su regreso.
Yo participo en la comunión para honrar y recordar la vida, la muerte sacrificial y la resurrección de Jesús
Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dió, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado: haced esto en memoria de mí.
Jesús está en espera para celebrar la comunión con sus amigos en el cielo
Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dió, diciendo: Bebed de él todos; Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
La comunión sirve como testimonio de la muerte de Jesús hasta que regrese
Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.
Participar en la Cena del Señor con hermanos en la fe debe tomarse en serio
De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa.
Jesús terminó su última cena con un canto
Y habiendo cantado el himno, salieron al monte de las Olivas.
La copa y el pan representan nuestra participación en la sangre y el cuerpo de Cristo
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.
Jesús es el pan vivo
Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Nutrir mi alma con Jesús es la clave para la vida eterna
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos: el que come de este pan, vivirá eternamente.
La comunión es una parte vital del crecimiento de la iglesia
Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y fueron añadidas á ellos aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.
Mi fe en Jesús y mi comunión con él es todo el alimento que mi alma necesita
Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.