A la naturaleza a menudo se la llama “el segundo libro de Dios”.
Las enormes montañas y los imponentes océanos nos asombran e inspiran. Los intrincados movimientos de las estrellas y los planetas dan fe del poder ilimitado de Dios. Cada planta, cada animal, cada brizna de hierba y cada grano de arena encierran misterios que apenas hemos comenzado a explorar.
“Cuando veo los cielos obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste”, escribió David, “¿qué es el hombre para que tengas de él memoria?” (Salmo 8: 3-4).
El poder de la naturaleza nos recuerda la infinita majestad de Dios. Cuanto más tiempo pasamos en la creación, más aprendemos de nuestro amoroso Creador.
Todo ser viviente atestigua del poder creativo de Dios
Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán; O habla á la tierra, que ella te enseñará; Los peces de la mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? En su mano está el alma de todo viviente, Y el espíritu de toda carne humana.
Los misterios de la naturaleza ilustran los misterios de Dios
El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
La paz y la alegría se encuentran en la naturaleza
Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
La naturaleza me enseña a confiar en Dios y hacer crecer mi fe
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?. Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe?
Toda la naturaleza declara jubilosamente la gloria de Dios
Alégrense los cielos, y gócese la tierra: Brame la mar y su plenitud. Regocíjese el campo, y todo lo que en él está: Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento.
Jesús tiene dominio sobre su creación
Y levantándose, increpó al viento, y dijo á la mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fué hecha grande bonanza. Y á ellos dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
Dios hizo intencionalmente todo lo que hay en la tierra
Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. Suya también la mar, pues él la hizo; Y sus manos formaron la seca.
La naturaleza testificará del regreso del Señor
Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo: El sol se volverá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Dios planeó intensionalmente su creación para bien
Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca: y fué así. Y llamó Dios á la seca Tierra, y á la reunión de las aguas llamó Mares: y vió Dios que era bueno. Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fué así. Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da simiente según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya simiente está en él, según su género: y vió Dios que era bueno.
Todo es temporal como una flor en la hierba, pero la palabra de Dios es eterna
Porque Toda carne es como la hierba, Y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: Secóse la hierba, y la flor se cayó; Mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.
La tierra y el mar están llenos de la bondad de Dios
Cuán muchas son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría: La tierra está llena de tus beneficios. Asimismo esta gran mar y ancha de términos: En ella pescados sin número, Animales pequeños y grandes.
Dios juzgará severamente a los que destruyan su tierra
Y se han airado las naciones, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos, para que sean juzgados, y para que des el galardón á tus siervos los profetas, y á los santos, y á los que temen tu nombre, á los pequeñitos y á los grandes, y para que destruyas los que destruyen la tierra.
Pasar tiempo con Dios en la naturaleza me repone y restaura
Jehova es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto á aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de su nombre.